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Ficha libro: Título Original: The Fortress of Solitude Editorial: Mondadori Autor: Jonathan Lethem Traductor: Cruz Rodríguez Juiz Nº páginas: 524 págs Precio: 24 €
Jonathan Lethem es de los pocos escritores de literatura de fantasía y ciencia ficción que tienen la suerte de ser publicados en España fuera del circuito cerrado de las colecciones especializadas de esos géneros y que tampoco lo hace en las colecciones de best sellers de “usar y tirar”. Quizás su inclasificable estilo y que sea capaz de hacer pasar por cotidianas situaciones asombrosas propias de la ciencia ficción sea lo que haga que los lectores o editores reacios a la literatura fantástica se fijen en él como si fuera un “escritor de verdad”.
Su última novela no es de ciencia ficción, pero por sus argumentos está a medio camino entre una crónica social y el cómic de superhéroes. Así, La Fortaleza de la Soledad se puede leer a varios niveles: por un lado, se puede seguir la vida desde la infancia hasta la edad adulta de Dylan Ebdus y Mingus Rude, dos amigos (el primero blanco y el otro negro) cuya niñez y adolescencia transcurre en el duro ambiente del Brooklyn de la década de 1970; por el otro, es una de las más originales historias de superhéroes que se han escrito, ya sea en el cómic o en la literatura.
La parte “real” de la historia está narrada con maestría y a través de los ojos de Dylan (Mingus se queda convertido en secundario de lujo) los lectores deambularán por la historia de un barrio situado a medio camino entre la miseria de los guetos de las ciudades norteamericanas y la falsa burguesía que pretendían implantar en el los intelectuales progresistas que se trasladaron a vivir ahí a finales de los años sesenta con la intención de rehabilitar dicho lugar. Dylan es hijo de una de esas familias de intelectuales blancos que se trasladaron a vivir en Brooklyn en aquella época y en un ambiente tan hostil su única vía de escape serán sus amigos negros (como Mingus) y los cómics de superhéroes. Es en ese punto donde comienza la parte fantástica de la novela, cuando Dylan y Mingus reciben de un vagabundo un anillo que les conferirá poderes propios de los superhéroes, como volar o tener superfuerza. Los dos amigos, influenciados por sus aficiones, se convertirán en superhéroes en su tiempo libre, hecho éste que les ayudará a evadirse, aunque sólo sea durante los minutos que llevan el anillo, de esa cruel selva urbana donde viven. Al igual que ocurre en la excelente película K-Pax, protagonizada por Kevin Spacey, nunca queda claro si sus correrías como superhéroes ocurren realmente o si son fruto de la imaginación de Dylan y Mingus y Lethem le deja al lector la decisión de qué es real y qué no en esta historia.
Con esta novela Lethem vuelve a demostrar que es uno de los mejores escritores de la actualidad y buena prueba de ello es la curiosa estructura de esta novela, dividida en tres partes diferenciadas por su estilo narrativo: La primera parte está narrada en tercera persona con una voz que, a modo de cuenta cuentos, nos introduce en la juventud de Dylan y culmina con un suceso que marcará el final de la inocencia de los niños que protagonizan La Fortaleza de la Soledad; la segunda parte es un artículo periodístico ficticio escrito por Dylan; y la tercera parte, narrada en primera persona por el propio Dylan cuando ha alcanzado la madurez, nos adentra en las reflexiones de un personaje que ha triunfado en la vida y, sin embargo, ha fracasado en su vida personal, echando de menos parte de la inocencia perdida de su juventud y todo lo que ha perdido en el camino.
Lethem es un maestro a la hora de retratar personajes o sociedades pasadas (la de Nueva York en 1976) y demuestra en esta novela que también lo es en describir y homenajear a los aficionados a los cómics o de la literatura de ciencia ficción de una forma más culta, sutil y respetuosa que los autodenominados “defensores de la cultura popular” como pudieran ser Kevin Smith o el español Santiago Segura. Destaca en este aspecto su erudición de la historia del mundo del cómic [1] y su mirada cínica hacia el “fandom” de la literatura de ciencia ficción, reflejada aquí en el padre de Dylan, un ilustrador de novelas de este género ganador del Premio Hugo en la categoría de mejor ilustración. Por último, desde aquí quisiera felicitar al traductor de la novela, quien a la hora de traducir los nombres de los personajes de Marvel y DC Comics ha seguido la tradición y la denominación que se les dieron por parte de Comics Forum o Ediciones Zinco.
[1] De hecho, desde Marvel Cómics, algunos directivos le han ofrecido a Lethem un puesto como guionista de alguna de sus colecciones después de leer esta novela.
José Luis Mora jmazarias@dreamers.es
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